0

Gospelario: Jaramago

GOSPEL ESTUDIOS: Gospelario: Jaramago (Fig. 3)

The jaramago plant is a ruderal species, meaning it thrives on wastelands near inhabited areas. Our JARAMAGO is a lightweight companion to roam freely through nature, the city, or the liminal space.

GOSPEL ESTUDIOS: Gospelario: Jaramago (Fig. 1)
GOSPEL ESTUDIOS: Gospelario: Jaramago (Fig. 2)

The plant and its seeds, known for their harsh taste, have traditionally been used in folk medicine—and are still sometimes used in rural areas—as diuretics, for stomach relief, to alleviate hoarseness, and to act as expectorants.

GOSPEL ESTUDIOS: Gospelario: Jaramago (Fig. 3)
GOSPEL ESTUDIOS: Gospelario: Jaramago (Fig. 1)

In Spanish, it is known by a thousand names, such as erísimo, which comes from the Greek for ‘I save the song’—a reference to singers who used it to clear their voices. Also hierba de los cantores—‘plant of the singers’—, derived from French, as King Louis XIV deemed the plant an infallible remedy for aphonia and voice loss. And there are many more:

Encendecandiles, erisimo de los griegos, erisimo oficinal, oficinal, floridos, hierba de los chantres, hierba de los predicadores, hierba del predicador, hierba de San Alberto, hierba meona, irion, irion de los latinos, jamargo, morondo, negrilla, pajizo, rabanillo, rábano, rinchos, sisimbrio, xaramago, xaramago común de las paredes y linderos, xaramago de Fragoso, yerba de los cantores, yerba de los chantres, yerba de San Alberto...

Julio Cortázar contemplated immortality and reincarnation inspired by Una flor amarilla on the streets of Paris. We don’t know for sure, but it is likely that it was a jaramago.

—Estaba al borde de un cantero, una flor amarilla cualquiera. Me había detenido a encender un cigarrillo y me distraje mirándola. Fue un poco como si también la flor me mirara, esos contactos, a veces... Usted sabe, cualquiera los siente, eso que llaman la belleza. Justamente eso, la flor era bella, era una lindísima flor. Y yo estaba condenado, yo me iba a morir un día para siempre. La flor era hermosa, siempre habría flores para los hombres futuros. De golpe comprendí la nada, eso que había creído la paz, el término de la cadena. Yo me iba a morir y Luc ya estaba muerto, no habría nunca más una flor para alguien como nosotros, no habría nada, no habría absolutamente nada, y la nada era eso, que no hubiera nunca más una flor.

Julio Cortázar — "Una flor Amarilla", Final del juego, 1956

GOSPEL ESTUDIOS: Gospelario: Jaramago (Fig. 2)

Photo taken by Sofía in the streets of Paris